Desconocida hundiste mis huesos tan profundo que se perdieron dentro de mi cuerpo, como los recuerdos de nuestros días buenos, las infinitas conversaciones que se transformaron en silencio y abandono, el frio de tus palabras, junto a tus oídos que no quieren saber de mi voz-¿Cómo no entendiste que me sentía solo? – ¿Cómo no comprendiste cuanto te necesitaba?- simplemente quería un poco de atención.
Otra vez el árbol llora en medio del desierto. Es que nadie va a entender nunca. Se le seca el corazón, la savia no para de correr y el último intento por alcanzar su boque verde, fue eso…solo un intento.
Te dejo tranquila…….
martes, 5 de enero de 2010
Tranquila
Publicado por Matias en 20:29
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3 comentarios:
que triste....
TE AMO
MATI.
...
mar
Hermoso escrito, muy buen blog un saludo.
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