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martes, 17 de febrero de 2009

(L)

Las palabras queman en el silencio de la noche. El habernos tenido en la más dulce historia antes contada, quema mi piel.

La noche fría ya no lo es, pues tu calida sonrisa abraza una mirada nerviosa un tanto esquiva. No todos los días un tonto pierde el tesoro que tanto le costo encontrar y hace algún tiempo yo te perdí a ti.

El silencio acompaña un mar de recuerdos, que si bien saben amargos, trago con el mayor placer con tal de tenerte un momento en mí. Ni siquiera podrías imaginar cuanto te extraño y si algún día lo hicieras morirías de pena. No existen las palabras y créeme que las trato de inventar, pero solo te encuentro a ti perdida en los recuerdos más tiernos y puros, la inolvidable sonrisa posada en tus ojos, contra eso no hay letras que reflejen o describan tu hermosura.

Las horas se esfuman y el tiempo sigue el camino, en su afán de hacer que me olvide de ti da pasos agigantados, intento seguirlo, pero no hay forma. No puedes continuar si no has olvidado y tus labios están tan presentes en mí como la primera vez que los bese.

Son recuerdos latentes que me llevan al pasado en mi presente, recuerdos que bebe mi memoria borracha de ti.

Ahogado de tanto soñar me puse a escribir, no se si el sol volverá o la luna se posara eterna en mi cara, pero mientras recuerde escribiré, volviendo a comer una y otra vez el postre mas dulce que mis labios han probado.

martes, 3 de febrero de 2009

Desperte

Cuentan que despertó cuando el sueño no tuvo más caminos. Que intento seguir soñando, pero ha pesar de todos sus intentos nunca supo bien como regresar. Pues los sueños se viven una vez, como la vida, como las canciones.
Cuentas que lloro, pero no en ese instante, sino dos semanas después cuando se encontró solo a la vuelta de una noche, lloro amargamente sintiéndose morir. Lloro amargamente por que comenzó a recordar palabras que escupieron su corazón.
Con amor palabras tiernas acariciaron su alma torpe.
Fue un sueño extraño de esos que se tienen una vez el la vida, pues te bastan para: amar, sufrir, creer, reír, llorar, decir, hacer, tener, dejar….simplemente vivir.
Pasaron los años y cuentan que siempre existió una noche para recordar ya sin amargura, sin dolor, solo estando presentes las incontables alegrías que una vez soñó aquella noche.

Para aquel hermoso sueño casata