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Cuando ya no supe que hacer le dije:

Hoy creo que moriré, me llego la hora, moriré lo se, de alegrías o de pena, en realidad ya da lo mismo, ni siquiera se distinguir la una de la otra, hoy es el gran día moriré. Estoy tranquilo mucho muy demasiado, espero que tú también lo estés, por favor no estés triste, el más dulce veneno que tomaría una y otra vez, después de ti ya nada importa. Cuando era niño siempre que algo me daba miedo cerraba los ojos y pensaba en las cosas que me divertían, después iba me sentaba en el suelo, tomaba dos piedra y jugaba ha hacerlas chocar asta que una se rompía, entonces la que no se destruía seguía chocando con otra y otra y otra asta que esta igual se rompía, así una y otra ves, podía estar toda la tarde- ¿el miedo?-el miedo ya no existía.Hoy lo mas seguro es que muera, y aunque no quiero, tiene que pasar, sin muerte no ha vida, por favor entiéndeme, moriré por los dos, por que nunca supimos que fue lo que nos saco del mundo y nos llevo lejos a nuestra casa, nuestra cama, nuestra vida ya no mas solas ahora compartidas, como siempre debió ser en nuestros sueños-¿que si te querré?-siempre, nunca lo dudes es por eso hoy es mi final, nuestro final .Tengo mucho miedo y lo de las piedras ya no resulta.

Ella respondió:

Digo no, no a tu muerte ni a la mía, no a la muerte de la locura que me hace feliz, no a la muerte de aquella demencia que te hace sonreír. Lo se, lo se todo, el miedo lo se, la inconsecuencia la se, la confusión, cuanta confusión... claro que la se. Mas el calor, el sentir y el querer, también los se...el querer... por el querer digo no y digo no por la luz de tu mirada que lleno mi vida....

¿Luego de eso podría existir un final?